En la primera actividad Rumbo a PERUMIN del presente año, se realizó un importante análisis de la realidad y necesidades de la macrorregión norte, que concentra el 44% de los proyectos de la cartera de inversión minera, lo que constituye una gran oportunidad para que esas poblaciones logren el desarrollo que sus recursos le permiten.

Según el estudio “Impacto económico y social de la minería en el Perú, macrorregión norte: perspectiva histórica y visión hacia el futuro”, realizado por el Centro para la Competitividad y el Desarrollo (CCD) en acuerdo con el IIMP, Piura, Lambayeque, La Libertad y Cajamarca cuentan con 11 proyectos que representan inversiones por más de US$ 23,000 millones, monto que impulsaría la dinámica económica en esa zona del país.

Además, la puesta en marcha de estas iniciativas generaría ingresos por canon y regalías cercanos a los S/ 3,200 millones y ayudaría a reducir en cerca de 10 puntos los niveles de pobreza hacia 2031, en estas localidades hoy seriamente golpeadas por las intensas lluvias y un probable fenómeno de El Niño.

Cajamarca, es sin duda la región que alberga el monto potencial de inversión más alto con alrededor de US$ 18,500 millones, de los cuales la mayoría son proyectos para la explotación de cobre, que tiene grandes perspectivas de demanda y precio en el contexto de la transición energética que atraviesa el mundo.

Sin embargo, en esta zona también se registró una de las oposiciones más emblemáticas a la minería de los últimos tiempos, con el caso Conga, cuando las movilizaciones estuvieron encabezadas por el exgobernador Gregorio Santos, quien ahora purga prisión efectiva por colusión agravada y lavado de activos.

Es momento de hacer una reflexión madura y mesurada respecto de las consecuencias de ese conflicto para la población de Cajamarca, que con legítimas aspiraciones creyó en la palabra de sus autoridades, sin embargo, el paso del tiempo ha demostrado que el camino que escogieron los ha llevado a frenar su desarrollo e incrementar la pobreza.

Las preocupaciones genuinas por la gestión del agua deben ser abordadas con total transparencia técnica, para que la gente comprenda que la minería no llega para competir o apropiarse de los recursos hídricos destinados para la población o la agricultura sino, por el contrario, para generar valor y eficiencias que permitan a los actores de la cuenca gozar de agua limpia durante todo el año en un trabajo conjunto y colaborativo.

Las perspectivas de la minería en la macrorregión norte pueden apalancar un crecimiento sin precedentes para esa zona y el país en su conjunto, con mejor infraestructura productiva, educación, salud y oportunidades de progreso para la población, pero se debe retomar el entendimiento y arribar a consensos fundamentales, que posibiliten que la gente halle el verdadero camino para que las generaciones presentes y futuras tengan una vida mejor.

El director