Los asociados del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP) en la reunión de la Sala Vip del 14 de octubre conocieron detalles del sistema tributario de Estonia, considerado el más competitivo entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).Esta nación, que hasta 1991 era parte de la Unión Soviética, en la actualidad ha declarado a Internet como un derecho básico, tiene un servicio de transporte público gratuito, su nivel educativo es uno de los mejores del mundo y alberga a las principales startup del planeta, gracias su política de residencia electrónica. Según un reporte de Visualpolitik, el esquema fiscal estonio solo grava con una tasa de 20% a las utilidades de las empresas y lo hace únicamente cuando se realiza el reparto a los accionistas, quedando exentas si reinvierten el capital internamente, con lo que fomentan las inversiones nacionales y extranjeras. Lo mismo sucede con la renta personal, tiene un impuesto flat de 20%, lo que no significa que todos los trabajadores paguen lo mismo, dado que existen deducciones y bonificaciones fiscales para los que cuentan con menores ingresos.A ello se suma, que el enfoque impositivo es simple y totalmente neutral, es decir, no favorece a ningún sector. Con todo esto, podría pensarse que el país báltico tiene un bajo nivel recaudatorio, sin embargo, representa el 40% de su producto bruto interno (PBI) mientras que el promedio en las naciones de la OCDE es de 33.8%, con lo que puede sostener su estado de bienestar.Al respecto, el director del IIMP, Raúl Garay, quien conduce los Diálogos Mineros, sostuvo que una de las principales reformas de Estonia implicó el despido de más de dos mil funcionarios públicos, el impulso de la digitalización de los servicios gubernamentales y la reducción del gasto fiscal con burocracia cero.“Han sido los primeros en atraer a las empresas más tecnológicas del mundo gracias a las políticas implementadas a favor de la inversión, lo que debería aplicarse en Perú, donde lamentablemente la falta de eficiencia ha alcanzado niveles insospechados y para cambiar se requiere un ejército de personas comprometidas y honestas”, destacó.